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Tiempos de agobio


Tiempo de agobios

Jaime Nubiola

La Gaceta de los Negocios, 16 de noviembre del 2006, p. 3


Los tiempos que corren son para muchos un tiempo de agobios. No sÛlo se agobian quienes ostentan altas responsabilidades en los destinos de los paÌses o en la compleja gestiÛn de las grandes fusiones empresariales, sino que se agobia el tendero de la esquina, el chÛfer del autob•s o la madre que acompaÒa a sus hijos al colegio. Los estudiantes se agobian por los trabajos que han de presentar, pero tambiÈn por la acumulaciÛn de fiestas, de mensajes en el mÛvil o de llamadas perdidas. Los jubilados se agobian, porque muchas veces ya no tienen nada que hacer y toman sobre sÌ las responsabilidades de sus hijos o de sus nietos. De hecho, el "ando agobiado" o el "estoy agobiada" es una de las frases m•s recurrentes en la conversaciÛn ordinaria como expediente f•cil para eludir las propias responsabilidades. Y tambiÈn ocurre con frecuencia al recordar a alguien cu•les son sus deberes u obligaciones que se reciba como recurso exculpatorio un "Por favor, no me agobie".

 Hace unas pocas semanas asistÌa a un congreso en una hermosa ciudad andaluza. El autob•s, que debÌa recogernos en el hotel para llevarnos por la maÒana a la sede del congreso, llegÛ con media hora de retraso. Era un dÌa lluvioso y con abundante tr•fico y en una maniobra poco feliz el enorme espejo retrovisor del exterior del autocar golpeÛ con un poste y se rompiÛ. Hubo que parar para arreglar el desaguisado, mientras el conductor con fuerte voz y un marcado acento andaluz atribuÌa la causa de su impericia al "mardito eztrÈ" al que —seg•n Èl—la empresa le sometÌa. El estrÈs es el nuevo nombre del agobio. Mientras "agobio" parece tener su origen en el "gibbus" latino, giba, que lleva a pensar que la persona agobiada es la persona cargada de espaldas, con el "stress" anglosajÛn se hace m•s bien referencia a la tensiÛn o la presiÛn que una determinada situaciÛn plantea.

 LlamÈmosle "estrÈs" o "agobio", se trata de un fenÛmeno f•cilmente identificable y que casi siempre puede remediarse aplicando un poco de inteligencia. Quienes lo padecen piensan que su causa est• en el exceso de actividades que tienen, pero, de ordinario, los problemas de agobio nacen realmente de la falta de atenciÛn. Los "estresados" —como el chÛfer de mi autob•s— se encuentran en ese estado de agitaciÛn que llamamos "estrÈs" por no haber prestado suficiente atenciÛn a la tarea que tenÌan entre manos. M•s a•n, si se observa con detenimiento se descubre f•cilmente que quienes se lamentan de estar agobiados es, de ordinario, porque tienen su atenciÛn desparramada en varias actividades simult•neas, en lugar de concentrarse en una sola cosa.

 Es un notable error antropolÛgico no advertir que si nuestra atenciÛn se dispersa en diversas tareas, incluso aunque sean placenteras o atractivas, los resultados son muchÌsimo m•s pobres que si atendemos a una actividad detr•s de otra tratando de poner en cada una de ellas toda nuestra atenciÛn. Los seres humanos no somos m•quinas multitarea, sino que alcanzamos nuestra plenitud cuando atendemos a una sola persona o a una sola actividad que ocupa por completo nuestro horizonte vital en ese determinado momento. Por ejemplo, quienes dedicamos nuestro trabajo a atender personas, a veces una detr•s de otra y con un tiempo disponible limitado, hemos de tratar a cada una como si fuera la •nica del dÌa, sin distraer nuestra imaginaciÛn con la persona a la que hemos de recibir despuÈs o con la actividad a la que al terminar la entrevista habremos de prestar atenciÛn. Esto requiere disciplina de la imaginaciÛn. Con car•cter m•s general, podemos advertir que muchas personas trabajan pensando en las vacaciones y est•n de vacaciones pensando en el trabajo: siempre tienen la imaginaciÛn en otro lugar distinto al lugar y la tarea en la que realmente est•n y eso hace que vivan con enorme insatisfacciÛn la realidad cotidiana que tienen entre manos en cada momento.

 Un grupo de flamenco cl•sico se llamaba "Hijos del agobio" y refleja bien ese nombre esta caracterÌstica de nuestro estilo de vida actual. Muchos de nuestros conciudadanos viven agobiados —asÌ nos lo repiten constantemente— y muchas veces no saben por quÈ. Creen que es por el exceso de obligaciones o por los atascos del tr•fico, pero realmente la causa de su estrÈs no est• en el exterior, sino en el interior: est•n agobiados porque les falta tiempo por dentro para vivir el presente y asÌ poder disfrutarlo, haciendo una cosa detr•s de otra, con paz y con una sonrisa.


*Jaime Nubiola es profesor de filosofÌa en la Universidad de Navarra (jnubiola@unav.es)

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